Por Luis Miguel Guerrero
A lo largo de la historia, el número de árbitros en la duela de basquetbol ha evolucionado, adaptándose a la velocidad, complejidad y exigencias físicas del deporte moderno.
En sus orígenes, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los partidos de baloncesto eran dirigidos por un solo oficial, quien se auxiliaba de un anotador y un cronometrador fuera de la cancha. A medida que este deporte evolucionó, se hizo evidente que un solo árbitro no era suficiente para vigilar todas las acciones.
En la NBA, hoy en día los partidos se celebran con tres árbitros en cancha: un referee (jefe de terna) y dos umpires. Este sistema de tres oficiales se adoptó de manera permanente en la década de 1980, con el objetivo de mejorar los ángulos de visión y reducir errores en un juego cada vez más rápido y físico.
En competiciones regidas por la FIBA, como torneos internacionales y ligas profesionales en gran parte del mundo, también se utiliza un sistema de tres árbitros. Aunque durante muchos años solamente se emplearon dos oficiales, la FIBA estableció el uso obligatorio de tres árbitros a partir de la década de 2000, buscando un arbitraje más preciso y consistente.
Por su parte, en el basquetbol universitario de Estados Unidos, regulado por la NCAA, la mayoría de los partidos de División I se arbitran igualmente con tres oficiales, especialmente en torneos importantes. Sin embargo, en divisiones menores o competencias de menor nivel, todavía pueden encontrarse encuentros dirigidos por dos árbitros.
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