Quizá por la crisis económica mundial que nos azota en estos días, o tal vez porque la coherencia ha llegado a algunos medios nacionales, pero habrá que agradecer que en esta ocasión –y hablo del caso particular de las televisoras mexicanas- no hubo compatriotas haciendo el “oso” en este evento como en años anteriores.
Fue notoria –para bien- la ausencia de “manitas albureras” y de alguna joven reporterita de espectáculos que, sin tener ambos el menor conocimiento del evento en cuestión, hicieron en su momento el ridículo a nivel internacional, uno contándose y entendiéndose sus propios chistes, y la otra, vestida de novia anunciándose como “The Real Mrs. Brady” (“La auténtica señora Brady”, en alusión al mariscal de campo de Nueva Inglaterra).
Finalmente, solo la prensa seria y profesional –incluidos, desde luego, los comentaristas de las dos principales televisoras nacionales- fue la que hizo acto de presencia en este evento, por lo que deberemos agradecerle a la crisis económica el que, al menos por esta vez, nos haya hecho un pequeño –pero muy significativo- favor a quienes disfrutamos del buen periodismo.