Por Luis MIguel Guerrero
Dentro de la expectación que causa el evento deportivo más importante del año en los Estados Unidos, habrá quien se pregunte sobre el origen del peculiar nombre de este partido.
“Super Bowl” –o Súper Tazón, en su traducción al español- es el nombre con el cual se le conoce a la final de la NFL (National Football League), jugada entre los campeones de las dos Conferencias –Nacional y Americana- que integran dicha liga.
Curiosamente, este apelativo no se utilizó en las dos primeras finales jugadas en 1967 y 1968 (el primer Super Bowl se llamó “Primer Juego de Campeonato Mundial, AFL vs. NFL”), y fue oficialmente adoptado hasta la tercera edición –Super Bowl III-, disputada entre los Jets de Nueva York y los Potros de Baltimore, en el estadio Orange Bowl de Miami.
El término “Super Bowl” se le acredita al cofundador de la American Football League (AFL) – hoy Conferencia Americana- y entonces dueño de los Jefes de Kansas City, Lamar Hunt, quien sugirió a manera de broma, ese nombre como algo pasajero mientras se designaba algún otro. A Hunt se le ocurrió la idea inspirado en uno de los juguetes de sus hijos, cuyo nombre era “Super Ball”.
Sin embargo, habrá que señalar que el término “Bowl” con el que se hace referencia a cualquier final de futbol americano –profesional o colegial- proviene de mucho tiempo atrás, y tiene su origen en las diversas finales colegiales que se llegaron a jugar en el estadio Rose Bowl de Pasadena, California, el cual recibió ese nombre debido a su peculiar forma de tazón.
Seguramente, ni Hunt ni la Liga se imaginaron el éxito que tendría el sencillo nombre de esta final, que por cierto, originalmente iba a ser llamada “The Big One” –“El Grande”-, nombre que, irónicamente, le hubiera quedado muy pequeño a tan enorme evento.