Por Luis Miguel Guerrero
La prueba atlética con obstáculos conocida como “Steeplechase” es una de las más representativas de las competiciones olímpicas y campeonatos mundiales. Sin embargo, poca gente la ubica por su nombre.
El steeplechase es una carrera de 3000 metros en la pista de tartán, con cuatro barreras o vallas, y una quinta con una fosa con agua. En total, el corredor deberá saltar 28 veces las vallas y pasar 7 veces por la fosa. La altura de las vallas es de .914 m en categoría varonil, y .762 m en femenil. La fosa, que se encuentra enseguida de la quinta valla, mide 3.66 metros de longitud, y tiene una profundidad en declive, siendo la máxima de 700 mm.
La prueba, que tiene su origen en las Islas Británicas, se llama steeplechase inspirada en las competencias con obstáculos -primero con caballos, y después con corredores-, en las que se cubría la distancia entre el “steeple” (pináculo) de la iglesia de un pueblo, al “steeple” de la iglesia de otro pueblo.
Dichas competencias incluían en su trayecto muros, ríos y estanques, lo cual explica la inclusión de una fosa con agua en la versión moderna.
Aunque con variantes, ha sido parte de los Juegos Olímpicos desde su reaparición, en 1896.