(11 de enero) En un día como hoy pero de 1973, los dueños de los 24 equipos de Grandes Ligas votan para permitir que los equipos de la Liga Americana utilizaran un “bateador designado” en lugar del pitcher, permitiendo al lanzador permanecer en el partido.
La idea de agregar un décimo hombre al lineup para batear por el pitcher, había sido sugerida en 1906 por el jugador y manager Connie Mack. En 1928, John Heydler -presidente de la Liga Nacional- revivió el asunto, pero la regla fue rechazada por la dirigencia de la Liga Americana.
Fue hasta principios de la década de los 70 que Charlie Finley, el peculiar propietario de los Atléticos de Oakland, se convirtió en el principal promotor de la regla del bateador designado, argumentando que un buen bateador que reemplazara a un lanzador -que generalmente tienen pobre bateo-, agregaría un poder ofensivo extra que atraería a nuevos aficionados.
Ante el comisionado Bowie Kuhn, y con la resistencia de la Liga Nacional, la regla 6.10 fue aprobada, convirtiéndose en el mayor cambio en el reglamento desde 1903; cuando se decidió que los foules se considerarían strikes.
El 6 de abril de ese año, Ron Blomberg, de los Yankees, se convirtió en el primer bateador designado de la historia, ante el pitcher Luis Tiant, de los Red Sox.