Por Luis Miguel Guerrero
Golpeada por los recientes acontecimientos extra cancha, La Fiera evidencia una preocupante baja de juego, y víctima de sus propios errores sucumbió este domingo en casa ante los Pumas, dando una de sus peores exhibiciones de la temporada.
El cuadro de Berizzo ha perdido la brujula, y dista mucho de ser el equipo práctico y efectivo -y con suerte- que vimos en las primeras jornadas del torneo. Ahora, el conjunto esmeralda luce irregular, impreciso y medroso, mostrando leves chispazos solo por instantes, como el que le permitió conseguir su gol tempranero. Pero lo cierto es que un equipo que aspira a algo importante, no puede depender de una o dos buenas jugadas en cada partido.
Los problemas de León van más allá de de las constantes fallas de Jhonder Cádiz frente al arco rival, o de los errores groseros como el de Poncho Blanco. La problemática de los Verdes viene desde la propia banca, en donde su técnico se ha empecinado en casarse con su sistema y ha dejado de buscar variantes, trayendo como resultado el pobre futbol de las últimas jornadas.
Y si alguien está dispuesto a defender la terquedad de Berizzo, que también explique por qué este se aferra a alinear a Guardado como titular y sostenerlo todo el partido; o que aclare cuál es la razón para excluir a Estrada en los últimos juegos.
Muchas de las dificultades que padece el equipo esmeralda tienen que ver con su medio campo. En este partido en particular, la media leonesa extrañó la presencia del suspendido Rodrigo Echeverría. Iván Moreno, aunque voluntarioso, es impreciso en la jugada importante; Rigoni es intermitente; y aunque Andrés Guardado es un gran líder en la cancha, el físico no le da para ofrecer los 90 minutos lo que de él se espera en esa zona del campo.
El mal momento del equipo ha acabado con el “Efecto James”, y el colombiano, visiblemente incómodo por como lo ubica el entrenador -muy pegado a la banda-, ha dejado de ser productivo, al igual que el resto de la media.
Sin quitarle mérito a los Pumas, que en este momento es un cuadro bien motivado por Efraín Juárez, el León deja escapar los puntos gracias a su terrible baja de juego.
Al equipo verdiblanco le urge una sacudida para tratar de reaccionar, y requiere que sus jugadores y cuerpo técnico dejen de lado los acontecimientos relacionados con el Mundial de Clubes, y se enfoquen en el torneo doméstico.
Al final de todo, el León se puede quedar como “el perro de las dos tortas”.
X @luismideportes
