EN PRIMER LUGAR – Superando el mal trago de media semana, con la lesión del “Chuleta” Orozco, las cosas en materia de números resultaron para el León mejor de lo que se esperaba. La sorpresiva derrota de Tijuana ayer ante Pumas, y el empate de Necaxa en casa el sábado, le permitieron a los Verdes iniciar la semana aún como superlíderes, a pesar de haber descansado en esta jornada. Ahora, el equipo de Salgado regresará a la actividad con la cima de la tabla general todavía perteneciéndole, y coincidentemente, enfrentándose a un rival que ha aparecido en los primeros lugares inesperadamente: Pumas Morelos. El partido del próximo sábado luce por demás interesante, ya que enfrenta a Salgado contra su ex equipo, el cual –por cierto- nunca ha podido derrotar a los Esmeraldas.
VERGONZOSO – Los incidentes ocurridos en la noche del sábado en los estadios de Tigres y Querétaro, deben servir para la reflexión, y para que analicemos si en verdad estamos listos, como sociedad, para imitar modelos europeos en los inmuebles futboleros. La invasión de la cancha, por parte de pseudo aficionados en el “Volcán”, y los problemas con las barras en tierras queretanas, tienen que ser un llamado de alerta para la Federación Mexicana de Futbol, la cual deberá reconsiderar sus planes de quitar las alambradas en algunos estadios. No menos importante, es el atender el creciente problema de las “barras”, muchas de las cuales están fuera de todo control desde hace algún tiempo, viviendo prácticamente en la clandestinidad, y al margen de todo reglamento. Desafortunadamente –y los hechos de este fin de semana así lo muestran-, estamos a “años luz” de alcanzar los niveles de civilidad de algunos países del “Viejo Continente”. ¿Estamos listos para imitarlos?
AUTÉNTICA BURLA – Partidos como el del miércoles pasado en Charlotte, en donde la Selección Mexicana metió a más de 60 mil personas en el “Bank of America Stadium”, son el claro ejemplo de cómo se puede abusar de ciertas aficiones. Aprovechando el atractivo que significa ver jugar al “Tri”, a los organizadores de estos encuentros poco les importa llevar a un rival tan malo como Islandia -que es una de las dos peores selecciones de Europa-, conformándose solo con saber que el lleno está garantizado -a pesar del alto costo de los boletos-. De igual forma, ni a la Federación, ni a la Comisión de Selecciones Nacionales, ni al Técnico de la Selección, les interesa –ni siquiera por respeto a esos aficionados, que pagan tan caras entradas- llevar a un equipo que por lo menos se acerque al que veremos en Sudáfrica. Y ya ni para que mencionar el aspecto deportivo, el cual, tal parece que pasa a segundísimo plano. A final de cuentas, son nuestros paisanos, algunos de los cuales hacen grandes sacrificios para ver a “su” selección, los que siguen manteniendo vivo este “negocio redondo”. ¿Acaso no merecerían mayor consideración por parte de quienes llevan estos partidos?