Por Luis Miguel Guerrero
En el “Rey de los Deportes”, existe el término denominado “Juego Perfecto”.
Según la Major League Baseball, el juego perfecto es definido como el partido en el que un pitcher (o la combinación de varios pitchers) obtiene(n) una victoria en un mínimo de 9 innings, sin que ningún bateador logre embasarse. Es decir, el pitcher (o los pitchers) no debe(n) admitir ningún hit, otorgar base por bola, ni golpear a ningún bateador, para que su triunfo pueda adquirir esa categoría.
Aunque por definición el juego perfecto es un partido sin hit ni carrera, ambos términos son distintos, ya que el partido sin hit ni carrera, al registrar hombres embasados, no es un juego perfecto.
Hasta la fecha, sólo han existido 23 juegos perfectos en las Grandes Ligas, 21 de ellos en la época moderna, desde 1903 (dos juegos perfectos se dieron en la etapa anterior, ambos en junio de 1880).
El primero en la historia fue el de Lee Richmond, de los Worcesters de Worcester ante los Azules de Cleveland (0-1, score final) el 12 de junio de 1880.
El primer juego perfecto de la era moderna ocurrió el 5 de mayo de 1904, con el triunfo de los Americanos de Boston 3-0 sobre los Atléticos de Filadelfia. Cy Young consiguió la hazaña.
El juego perfecto más reciente fue el de Félix Hernández, de los Marineros de Seatle ante los Rays de Tampa Bay (0-1) el 15 de agosto de 2012.