La radio en León no quiere al béisbol
Justo cuando muchos nos resignábamos a quedarnos sin béisbol profesional en la ciudad de León a principios de este año, un giro en los acontecimientos trajo como resultado la permanencia de los Bravos en la Liga Mexicana de Béisbol.
Pero ni los detalles sobre la continuidad del equipo, ni su mala temporada en lo deportivo son temas en esta ocasión.
Tal y como se ha señalado en anteriores ocasiones, la directiva de los Bravos hizo una excelente labor en la parte de mercadotecnia: se hicieron promociones atractivas y el Estadio Domingo Santana lució varios llenos durante la campaña.
Una parte del público, aún sin entender mucho de béisbol, se hizo presente en el recinto gracias al buen ambiente y a las cantidades importantes de cerveza que ahí son vendidas.
Los aficionados que no podían acudir al estadio tuvieron la oportunidad de ver los encuentros a través de la televisión, gracias al convenio del equipo con el Gobierno del Estado y su televisora. Pero la tele también tiene sus limitantes, y por ello, fue descuidado un aspecto importante para la difusión del equipo: el de la transmisión de los encuentros a través de la radio.
A pesar de los avances tecnológicos, la radio sigue siendo un vital medio para difundir el béisbol, y todos los equipos de tradición siguen muy ligados a esta. Es más, debido a los derechos de transmisión por televisión, la radio sigue siendo muy recurrida en el béisbol de Grandes Ligas. Desafortunadamente, no todos en León saben eso.
En las primeras dos temporadas de los Bravos tras su regreso, se batalló para encontrar espacios en las radiodifusoras locales, las cuales difícilmente saben de la existencia de otro deporte que no sea el fútbol. En esas dos campañas, los partidos fueron transmitidos a través de internet, y apenas el año pasado una radiodifusora local se acercó para transmitir algunos juegos de manera limitada.
Con la llegada de socios regiomontanos -quienes son propietarios de varias estaciones de tele y radio en todo el país-, se pensó que el problema estaba solucionado y que una nueva vitrina se abría para la novena local. Y así fue al principio. Se contrató a Francisco Balcorta, uno de los mejores narradores de México, para ser el cronista oficial de los Bravos, y una de las estaciones locales -propiedad de los regios- abrió su espacio para transmitir los encuentros.
Tiempo después fui invitado para colaborar en esas transmisiones como comentarista, y aunque al arranque de la temporada poca gente sabía de ellas, me consta la popularidad que, gracias a la calidad de Balcorta, estas comenzaban a tener. De tal forma, cada vez más gente en el estadio acudía con su radio y/o audífonos, y los comentarios favorables en la calle y redes sociales no faltaban.
Desgraciadamente, la gente de la radio consideró que el béisbol “no tiene rating”, y que es más importante dedicar su valioso espacio a poner canciones o programas juveniles. Así pues, y a pesar de la creciente aceptación y del esfuerzo realizado por quienes ahí estuvimos, se decidió cortar de tajo dichas transmisiones, limitándolas solo a los fines de semana en los partidos en casa, o a escuetos reportes eventuales.
Insisto, es una lástima que las radiodifusoras en León no vean más allá del futbol, y que no entiendan el potencial (incluido el aspecto comercial) que las transmisiones de béisbol pueden tener. Esperemos que la directiva de los Bravos tome cartas en el asunto en la próxima temporada, y que convenza a los dueños del “tiempo aire” para cambiar su punto de vista, entendiendo todos la importancia de las ondas hertzianas para la difusión del “Rey de los Deportes” y del equipo local.
Twitter @luismiguelgp