(26 de octubre) En un día como hoy pero de 1986, durante el décimo inning del sexto partido de la Serie Mundial, jugada entre los Mets de Nueva York y los Medias Rojas de Boston, Bill Buckner -primera base de los “patirrojos”- deja pasar entre sus piernas un rodado de rutina, que termina en el jardín derecho.
El error de Buckner fue costoso: el corredor en tercera tuvo oportunidad de anotar, dando la victoria a los Mets 6-5, y obligando a un séptimo partido.
La suerte de Boston no cambió en el último juego, los Mets lograron remontar una desventaja de tres carreras para llevarse el partido 8-5, y la Serie Mundial.
Acrecentando la leyenda de “La Maldición del Bambino”, la afición de Boston culpó a Buckner por la derrota ante Nueva York. Aunque el pelotero intentó permanecer en Boston, el acoso y los insultos de los seguidores de los Medias Rojas, obligaron a que él y su familia se mudaran a Idaho.
Los Medias Rojas finalmente rompieron la supuesta maldición en 2004, cuando ganaron la Serie Mundial de ese año.