Por Luis Miguel Guerrero
1.- Aquí podemos colocar la frase que queramos: “El que perdona, pierde”, “Los goles que no anotas te los anotarán”, “El gozo se fue al pozo”… y así le podemos seguir. El asunto es que todas aplican a la actuación del León en el America First Field. Lastimosamente, La Fiera fue de lo sublime a lo absurdo. Con un primer tiempo bien jugado y dominado en su totalidad por el cuadro de Larcamón, el partido ante el Real Salt Lake parecía de mero trámite, y el gol tempranero de Moreno nos hacía pensar en el juego de revancha ante el LAFC. Sin embargo, algo extraño sucedió en el entretiempo. En el complemento vimos a una de las peores versiones de los Verdes en la era del técnico argentino. Visiblemente cansado, superado físicamente por el rival, con cambios tardíos, cometiendo errores defensivos, y sin capacidad de definición al frente, el León vio en pocos minutos diluidas sus aspiraciones a refrendar el título de la Leagues Cup, y de paso contempló como se le fue la posibilidad de asegurar un lugar más en futuras Concachampions. Pero más allá de la derrota y la eliminación de este certamen, el pobre desempeño leonés en la segunda mitad desnuda las carencias del equipo, y por el momento crea una gran interrogante en torno a sus aspiraciones. Mucho -pero en verdad mucho- se tiene que mejorar si se piensa en ser contendiente en la liga local, y si se pretende tener una actuación digna en el próximo Mundial de Clubes.
2.- Hay que aplaudirle al Real Salt Lake su reacción en la segunda mitad. Aprovechando el deficiente fondo físico del rival y explotando las pifias defensivas leonesas, el equipo de Pablo Mastroeni fue contundente por conducto de Danny Musovski, quien en solo dos minutos hizo ver mal a una zaga descompuesta, a la que hemos alabado en ocasiones anteriores. Con orden táctico, el medio campo estadounidense poco a poco fue superando a su contraparte mexicana, teniendo en Diego Luna a su principal pulmón en la recuperación. Atrás, la labor de Vera y Silva fue importante en la recta final del encuentro, convirtiéndose ambos en un muro impenetrable para los delanteros leoneses. Y para aplaudir queda la labor del venezolano Jefferson Savarino como hombre importante a la hora de crear futbol al frente. Mastroeni, superado tácticamente por Larcamón en el primer tiempo, supo ajustar oportunamente para que su equipo tuviera la capacidad de responder en la segunda mitad.
3.- León no mejora al frente, y eso ocasiona que constantemente se esté hablando de la falta de contundencia. Brian Rubio es un centro delantero tradicional -alto y corpulento-, que debería estar más clavado en el área para tratar de rematar los centros que a él lleguen. Sin embargo, el esquema de Larcamón le exige realizar otro tipo de labores, como botarse a los costados, jalar marca y correr con el balón -labores que por cierto realizaba muy bien Lucas Di Yorio-, quedando exhibidas sus carencias. La baja definitiva de Víctor Dávila, y el aporte que el chileno tenia en el ataque leonés, se vio reflejada en el pobre desempeño esmeralda en zona de definición en los últimos dos encuentros. Aunado a todo lo anterior, hay elementos como Elías Hernández, que insisten en querer jugar “de lujo” en las pocas oportunidades que se tienen frente al arco rival, y que de realizarse en forma más práctica, significarían goles a favor.
4.- En el medio campo, los últimos dos no han sido los mejores encuentros para la dupla Romero-Rodríguez. Aunque dio un primer tiempo aceptable, el “Perro” luce bajo de juego, perdiendo balones en el medio campo y lento al tratar de recuperar. Por su parte, si bien es cierto que Iván muestra mejoría en estos primeros partidos del semestre, no parece estar en mejor nivel que Fidel Ambriz, quien ha sido enviado a la banca -posiblemente por el desgaste físico al no haber tenido vacaciones- para entrar como relevo en los segundos tiempos. La presión alta ordenada por Larcamón al inicio del partido permitió que el medio campo leonés tuviera control territorial, pero el desgaste que esta implica parece haber cobrado factura en los segundos cuarenta y cinco minutos. Por otra parte, y tras un retorno prometedor en sus primeros partidos, Omar Fernández parece no encontrar su función en el León actual, y gravita de un costado a otro, sin tener un aporte de peso al frente.
5.- Como el resto del equipo, la zaga leonesa tuvo una actuación de claroscuros en Utah. Ante la poca respuesta del Real Salt Lake en la primera mitad, la línea de cinco por momentos pasó a cuatro, con Iván Moreno más en labores de medio ofensivo. Pero en la segunda parte y con los locales volcados al frente, los leoneses -visiblemente agotados- regresaron a colocar tres al fondo, batallando en su costado izquierdo debido a la poca vocación defensiva de Elías y Fernández, y con un William Tesillo pasando apuraciones con Arango y Savarino. De igual forma, varios descuidos por el lado derecho (sector perteneciente a Barreiro y Moreno) permitieron las vertiginosas anotaciones de Musovski, quien ya había avisado minutos anteriores, sin que se corrigiera en esa zona. Indudablemente, la voltereta en el marcador deja muchas preocupaciones con respecto a la verdadera capacidad del cuadro bajo leonés.
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