Por Luis Miguel Guerrero
EL DESASTRE LLAMADO “BRAVOS” – Lo que parecía una temporada promisoría para los Bravos de León allá por abril, se ha convertido -gracias a su irregular desempeño- en una verdadera pesadilla para el propio equipo, y en un auténtico calvario para sus seguidores -al menos para aquellos que sí saben de beisbol-.
La escuadra leonesa, que al momento de escribir esta columna marcha con un récord negativo de 27-40 y se ubica en el octavo sitio de la Zona Sur, ha venido a menos desde el Juego de Estrellas, sufriendo constantes cambios en su roster, la mayoría de ellos con muy malos resultados. En algo que pareciera un intento desesperado por enmendar una mala planeación, los directivos de esta novena se han puesto a intercambiar jugadores a “diestra y siniestra”, al grado de tener en esta recta final del certamen a un cuadro muy distinto -para mal- del que inició la campaña.
En el Beisbol, los intercambios de peloteros entre equipos durante la temporada son algo común, y se comprende que los “slumps” (baja de juego) en los jugadores son causa para estos sean enviados a otra escuadra. Pero cuesta trabajo entender el por qué se ha hecho del trueque de peloteros un sistema -fallido, por cierto- en los Bravos, en el que se traen jugadores que terminan teniendo un rendimiento peor al de quienes sustituyeron.
Aunque en el aspecto de mercadotecnia han sido atinados -el estadio ha tenido excelentes entradas, gracias al “buen ambiente” y a la venta exagerada de alcohol-, se les olvida a los dirigentes bravos que el arraigo y la identidad por el lado deportivo también son aspectos importantes para crear una verdadera afición. Resulta complicado para el público leonés identificarse con sus jugadores, si estos son mandados a otra escuadra “a las primeras de cambio”. De tal forma, los aficionados leoneses han visto partir en esta campaña a elementos con quienes -independientemente de sus slumps- ya se identificaban, como Alex Mejía, Aneury Tavárez, Keven Lamas y Wendolyn Bautista, entre varios más.
En lo deportivo, ya ni siquiera tocaremos el tema de la deficiente conformación del cuerpo de lanzadores, lo cual ha sido un punto medular para la pobre temporada de la novena del Bajío.
Desafortunadamente, esta ya es otra pésima campaña para la “Tribu Leonesa”, y si no se toman medidas serias en la planeación del próximo torneo para de verdad tener un equipo combativo, el público poco a poco podría comenzar a alejarse del “Domingo Santana”.
X: @luismideportes
