Por Luis Miguel Guerrero
Aprovechando las circunstancias, el León se alzó este sábado con una victoria necesaria sobre Querétaro, ofreciendo además una satisfacción extra a sus seguidores con los tres goles conseguidos, hazaña por demás rara en los tiempos de Berizzo.
Pero el triunfo no debe engañarnos. Los Verdes supieron aprovechar las fallas del rival y terminaron imponiéndose gracias a los destellos individuales de sus jugadores; porque en lo colectivo le sigue faltando mucho a esta escuadra.
Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron más de lo mismo por parte del León. Con un medio campo sobrepoblado por ambos cuadros, Esmeraldas y Emplumados se trabaron en esa zona de la cancha, ofreciendo un lapso inicial soso, con escasas llegadas sobre ambas metas. Aunque la media leonesa, jugando otra vez con doble contención, tuvo mayor posesión del esférico que el rival, dicha tenencia no se vio traducida en ataques claros. Y así, convertido en un partido de ping pong, con constantes balonazos hacia uno y otro lado del terreno de juego, ambos equipos se dedicaron a aburrir a la tribuna.
Justo cuando la igualada a cero parecía inevitable antes del descanso de medio tiempo, Fernando Beltrán, en una gran jugada individual mandó la pelota al fondo de las redes, en el único disparo puerta de La Fiera en la primera parte. La suerte se inclinó hacia el lado leonés en esos últimos minutos de la parte inicial, porque la expulsión de Zapata terminó por marcar el rumbo del encuentro.
Con un hombre más en la cancha, los Verdes recordaron en la segunda mitad que los partidos también se ganan atacando. Y así, el segundo gol del encuentro, por parte del panameño Díaz, vino a traerle tranquilidad a la escuadra de Berizzo. El canalero, sin ser un derroche de técnica, pero mostrando un gran oportunismo a la hora de rematar, se está convirtiendo en la revelación de La Fiera en el torneo. Dicho olfato goleador le permitió al mismo Díaz aprovechar el error del guardameta Pepe Hernández, para conseguir la tercera anotación del encuentro, y su cuarto gol en el campeonato.
La gran diferencia en el ataque verdiblanco este sábado se da porque tanto Beltrán como Díaz utilizaron el disparo de larga distancia como recurso, y le mostraron a sus compañeros que de esa forma podían causar estragos en el endeble rival -el propio James estuvo a punto de conseguir un golazo por esa vía-.
Los ingresos de Cortizo y Moreno, ligeramente tardíos, solamente ayudaron a refrescar las líneas leonesas, no alcanzando ninguno de los dos a marcar diferencia en el encuentro. De igual manera, las apariciones de Arcila, Funes Mori y Rigoni quedaron simplemente para el anecdotario.
El triunfo ante los queretanos debe servir para inyectarle ánimo a la escuadra de Berizzo, pero bajo ninguna circunstancia se debe tomar como señal de mejoría, pues esta escuadra sigue teniendo muchísimos aspectos por arreglar. El parón por la fecha FIFA debe ser aprovechado para preparar el duelo ante Tigres, un rival que dista mucho de parecerse a los Gallos Blancos.
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