Por Luis Miguel Guerrero
La jugada conocida como ‘hit-and-run’ es una estrategia usada a la ofensiva en el béisbol. Con un corredor en base (generalmente en primera), el objetivo de esta táctica es tratar de asegurar la llegada del hombre a la siguiente almohadilla, haciendo que corra al momento del lanzamiento; combinándose con que el bateador conecte, para poder poner la pelota en juego.
El ‘hit-and-run’ también puede ser intentado con más de un hombre en base.
Que el hombre embasado intente correr, significa que uno de los infielders tiene que cubrirlo, abriendo así un ‘hueco’, ya sea al lado izquierdo o derecho del infield, aumentando la posibilidad de que la pelota pueda llegar a los jardines. Si el bateador envía la pelota a la zona de un jardinero, la probabilidad de un doble play se reduce, ya que el corredor estará rumbo a la siguiente base cuando la bola sea conectada.
Si la pelota es bateada con colocación, el corredor tendrá mayor oportunidad de conseguir un extra base, porque ya estará en rumbo a la almohadilla al momento del batazo.
Por el contrario, si el bateador abanica y falla, o si el lanzamiento es una bola, es más probable que el corredor sea atrapado en el intento y puesto out, ya que en realidad, el hit-and-run no es un verdadero intento de robo de base.