Por Luis Miguel Guerrero
El Guardia Nariz (Nose Guard o Nose Tackle) es una posición defensiva especializada en el fútbol americano, ubicada en el centro de la línea defensiva. Su función principal es controlar el espacio frente al centro ofensivo, dificultar el juego terrestre por el interior y, en muchas formaciones, ocupar a dos linieros rivales para liberar a los apoyadores que se encuentran detrás de él.
Este jugador se alinea directamente sobre el centro -o ligeramente cargado hacia uno de los lados-, especialmente en formaciones defensivas como la 3–4, donde es la pieza clave del frente. Desde esa posición, el guardia nariz debe ganar la batalla física en el punto de contacto, sellar los huecos interiores y evitar que los corredores encuentren espacios entre los guardias ofensivos.
Físicamente, el Guardia Nariz suele ser un jugador corpulento, fuerte y de gran potencia, con la capacidad de soportar bloqueos dobles y mantener su posición en la línea. Aunque su labor no siempre aparece en las estadísticas, su impacto es fundamental: colapsar el centro de la ofensiva, ocupar bloqueadores y forzar a los corredores a buscar trayectorias exteriores.
En la NFL, los guardias nariz acostumbran portar números entre el 50 y el 79, o del 90 al 99, de acuerdo con la reglamentación para jugadores de línea defensiva.
A lo largo de la historia, algunos destacados jugadores que han brillado en esta posición incluyen a Curley Culp (Kansas City Chiefs / Houston Oilers), pionero del dominio interior en defensivas 3–4; Vince Wilfork (New England Patriots), referente del control de la línea en la era moderna; y Casey Hampton (Pittsburgh Steelers), pieza fundamental de una de las defensivas más sólidas de su tiempo.
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