Por Luis Miguel Guerrero
No… Eduardo Berizzo no es mago, y eso quedó de manifiesto en la derrota de La Fiera el sábado ante Cruz Azul. Los daños dejados por Jorge Bava son mayúsculos, y a este equipo le va a costar mucho trabajo levantarse. El “Toto” deberá trabajar horas extras para devolver el orden a un equipo carente de idea y que además sufre de un deficiente trabajo en el aspecto físico.
En el duelo contra La Máquina, la destartalada nave leonesa mostró una ligera mejoría de inicio, pero solo le alcanzó para unos 35 o 40 minutos. Berizzo decidió conservar la línea de cuatro atrás, pero optó por poblar la media cancha con un 3-1, en el que la novedad fue Ramírez colaborando en labores como escudo en sociedad con Alcívar, teniendo a Andrés Guardado más suelto al frente.
Adelante, la dupla formada por el uruguayo Hernández y Jhonder Cadiz dio de arranque muestras de entendimiento, regalándonos una anotación esperanzadora. Pero nada más. El resto fueron imprecisiones, pases deficientes, y muchos manoteos desaprobatorios del venezolano.
La presión alta con la que La Fiera incomodó de inicio a la visita fue efectiva y vistosa, dando a entender un cambio de “actitud” y de sistema; pero muchos sabíamos que no iba a alcanzar ante un equipo dinámico como Cruz Azul. Y así fue. Al León se le acabó la estamina, y con un visitante volcado al frente, terminó replegado buena parte del segundo tiempo, sin control del medio campo y evidenciando el pésimo trabajo del cuerpo técnico de Bava en cuanto a la condición física de sus elementos.
Y ante tantos factores, la voltereta en el marcador por parte de los Celestes era cuestión de tiempo.
En la lista de cosas a componer, Berizzo -como el buen defensa que fue- tendrá que aleccionar a sus hombres de la zaga: los errores infantiles y los “regalitos” al rival -esos que se dan casi cada partido y que cuestan puntos- tienen que acabarse. Pero también, el “Toto” tendrá que hablar con varios de sus elementos, como Barreiro, Mendoza y Guerra, que con actitud pendenciera pierden últimamente la cabeza con facilidad, y se dedican con marcadores adversos a discutir y empujarse con los rivales.
El panorama luce muy complicado para un León que sigue sin conocer la victoria en el torneo. Y aunque Berizzo no es mago, deberá demostrar que sí es un buen reparador, componiendo a un cuadro dañado y muy limitado gracias a las malas decisiones de sus directivos, y a la incompetencia de su predecesor.
@luismideportes
