Por Luis Miguel Guerrero
La pobre exhibición del León en territorio neoyorquino este viernes fue poco menos que lamentable. En el Sports Illustrated Stadium, el conjunto esmeralda -cuyo técnico claramente decidió tomar un torneo oficial como segunda pretemporada- arrastró el prestigio jugando de una manera paupérrima y timorata, ante un rival que es de lo más medianito que tiene la MLS.
Justificaciones hay muchas: “es un equipo en construcción” -a palabras de su propio entrenador-, “se están incorporando nuevos elementos”, “se fueron jugadores importantes”, “han surgido imponderables”, “los equipos de la MLS vienen en ritmo”… y así le podemos seguir.
Sin embargo, y luego de casi un año con este director técnico al frente, resulta difícil entender por qué esta escuadra -sin importar quien esté en la cancha, y a pesar de las circunstancias antes mencionadas- sigue sin mostrar una propuesta futbolística bien definida.
Seamos honestos: en la racha ganadora del torneo pasado, el único planteamiento fue el “Efecto James”. Nunca vimos en ese lapso una exhibición contundente y convincente, en la que el León enseñara un sistema de juego óptimo. Y si eso no pasó en los momentos buenos, menos sucederá en épocas de vacas flacas.
Ante el New York City -un cuadro que por cierto, venía de ser goleado por el Puebla-, Berizzo le vuelve a mover a su once, posiblemente para “darle descanso” (?) a varios jugadores que actuaron ante Montreal.
Entonces, con tanta movedera -como si se tratara de uno de los partiditos de pretemporada a 8 o 10 tiempos que suelen organizarse en la cancha verdiblanca-, terminamos por ver la versión más pobre del León en las últimas épocas, equiparable quizás con el conjunto de Jorge Bava: pases errados, balones rebotados, debutantes desubicados, laterales siendo superados con facilidad, nula posesión del esférico, y lo peor, escasas llegadas al arco contrario. Hasta el infáme tiro penal cobrado por James refleja la actualidad de los Verdes.
Y si usted cree que la pesadilla en tierras estadounidenses terminó, le recuerdo que aún falta un compromiso más, y será ni más ni menos que ante el siempre complicado Columbus Crew, uno de los mejores de la liga norteña.
Berizzo pretende que su sistema se base en poblar el medio campo y buscar un balonazo al frente que pueda ser pescado por alguien para que, en el improbable caso de conseguir un gol, el equipo se repliegue y cuide el marcador.
¿Es ese el “ADN” que se recuperaría luego de los fracasos anteriores, y que tanto pregonó la directiva leonesa?
En los últimos 12 partidos oficiales, la escuadra de Eduardo Berizzo ha conseguido solamente 2 triunfos, a cambio de dos empates y ocho derrotas, todo para una miserable efectividad del 22.2%. Los números del argentino son insostenibles, y el único argumento que tiene en su defensa es la mala planeación de la directiva leonesa y el abandono de Grupo Pachuca, que ha priorizado otros proyectos.
El tiempo se le acaba al técnico, y su única esperanza es que la llegada de Funes Mori, el panameño Díaz y el “delantero misterioso” que él sigue mencionando y pidiendo en cada conferencia de prensa, contribuyan a que las cosas cambien radicalmente. Pero a fuerzas de ser sinceros, es poco probable que eso suceda. Mientras tanto, La Fiera seguirá arrastrando el prestigio.
X: @luismideportes
