ARRIBA EL NORTE – Desde hace varios años, la ciudad de Monterrey es el punto económico e industrial más importante de México. Su nivel de vida, que es alto comparado con el resto del país, permite que los aficionados de Rayados y Tigres llenen todos y cada uno de los partidos celebrados en sus estadios durante la temporada.
La pasión de los regios por el futbol es de todos conocida, y desde finales de los ochenta estos hicieron de su ciudad una de las mejores plazas de nuestro futbol.
A base de billetazos, y respaldados por dos grandes empresas, Monterrey y Tigres se han convertido en las escuadras más poderosas de la Liga MX. Sus plantillas no le piden nada a ningún otro equipo del continente, e incluso –por nómina- están por arriba de muchos equipos europeos de renombre. Los dos clubes son el claro reflejo del poderío económico de la capital de Nuevo León.
El sueño largamente acariciado por los regiomontanos se ha vuelto realidad: el Clásico de aquella ciudad será la final de este torneo. Hay que decirlo, este enfrentamiento entre vecinos siempre ha sido un duelo de interés local, y a nivel nacional muy poco llama la atención. Sin embargo, esta vez la situación es distinta y estamos a punto de ver una de las finales más atractivas de los últimos tiempos, no solo por tratarse de un “derby”, sino porque estarán frente a frente las dos plantillas más completas de nuestro balompié.
¿Responderán estos dos partidos a las expectativas? Mohamed y el Tuca tienen la última palabra. Lo cierto es que, teniendo a todos esos jugadores sobre el terreno de juego, el espectáculo y el buen futbol tendrían que estar garantizados. Ojalá no nos queden mal.
FUERTE Y RASO: ¿Y si Televisa le hace un favor a su audiencia y quita de la final a cierto comentarista regio que se caracteriza no solo por su tendencia localista, sino por sus gritos y comentarios de mal gusto? En verdad muchos estaríamos agradecidos.
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Luis Miguel Guerrero 