Por Luis Miguel Guerrero
Aunque en nuestros días su presencia en el Fútbol Americano profesional es común, pasaron muchas décadas para que los quarterbacks afroamericanos compitieran de manera regular en las ligas importantes de Estados Unidos. En los inicios del profesionalismo de este deporte, se tenía la idea -totalmente racista- de que los jugadores blancos de un equipo no seguirían las órdenes de un quarterback negro.
Aunque varios de ellos ya eran suplentes en algunos equipos, y otros tantos destacaban a nivel colegial, no fue sino hasta 1968 cuando apareció el primer “mariscal” de raza negra en un partido profesional.
Fue el 29 de septiembre de ese año, cuando Marlin Briscoe, de 23 años, debutó en el cuarto periodo del partido entre su equipo, los Broncos de Denver, y los Patriotas de Boston.
A la semana siguiente, y debido a las lesiones del titular Steve Tensi y el suplente Joe DiVito, Briscoe apareció dirigiendo el ataque de los Broncos ante Buffalo, convirtiéndose en el primer quarterback afroamericano titular en al historia de la American Football League (AFL), y en la era de los Super Bowls (por ende, también se le considera el primero en la historia de la NFL).
Tras salir de Denver, sin volver a ser quarterback y convirtiéndose en receptor, Briscoe jugó de forma destacada también para los Bills, Dolphins, Chargers, Lions y Patriots, equipo con el que se retiro en 1976. Ganó dos anillos de Súper Bowl con los Dolphins en las ediciones VII y VIII. A la edad de 75 años, vive en California.
Twitter @luismiguelgp