Por Luis Miguel Guerrero
1.- Goleadas como la sufrida este domingo por La Fiera son las que ponen de malas -y en serio- a su afición. No importa que sea la primera, la segunda o la última fecha del certamen, el aficionado leonés simplemente no digiere derrotas de este calibre. Y es que el León ni siquiera metió las manos en Ciudad Universitaria. La razón nos dice que este equipo recién comienza a utilizar un sistema desconocido, y que su nuevo técnico, a poco más de un mes de haber tomado las riendas, aún está conociendo a su plantilla y por lo tanto, funcionamientos tan pobres como ante Necaxa y los auriazules son -hasta cierto punto- entendibles. Pero insisto, eso no le importa al grueso de la afición esmeralda. Desconectada, errática, lenta a la defensiva, y sin profundidad a la hora de atacar, la escuadra verdiblanca fue sometida por unos Pumas que tampoco hicieron gran cosa en el partido, pero que fueron contundentes y aprovecharon las equivocaciones del rival. Y si bien el 4-1 pudiera resultar engañoso, el paupérrimo desempeño de los Verdes indica que este equipo aún tiene muchísimo por trabajar.
2.- Larcamón paró una linea de cinco para enfrentar a los del Pedregal, con Ambriz, Tesillo y Barreiro como centrales, Rodríguez por izquierda y Moreno -lo mejor del partido por el lado leonés- por derecha. Ese es el sistema defensivo que el argentino trata de implantar en el León. Pero pareciera que para los zagueros esmeraldas jugar con esa formación es tan difícil como sacar la raíz cúbica, o calcular el coseno. No le entendieron a Holan, no le entendieron a Paiva, y aparentemente, se rehusan a entenderle a Larcamón. El resultado ahí está: cuatro goles producto de marcaciones tibias, desubicación y lentitud. Las horas extras que Larcamón trabaje con su equipo, deberá utilizarlas en ajustar el sector defensivo, en el que urge ver también a elementos como Bellón y Frías, esperando que con ellos sí se pueda jugaro con tres al fondo, y se tenga mayor seguridad.
3.- La media cancha leonesa tampoco ofrece mucho: Iván Rodríguez luce solitario en su responsabilidad de contener, Dávila gravita de un lado para otro, y Yairo Moreno no asume la responsabilidad en el sector, prefiriendo cargarse al costado izquierdo, en donde terminó por ahogarse solo. Y Ángel Mena… volviendo a ser el Ángel Mena de hace varias temporadas, improductivo e intermitente, batallando en su duelo con Adrián Aldrete. Tan pobre fue el desempeño del medio campo leonés, que sus cuatro elementos fueron sustituidos en al recta final del encuentro.
4.- Debido a las carencias en el medio campo, la escuadra esmeralda no tiene profundidad, y Lucas Di Yorio, que es todo pundonor y además anotó un golazo, termina diluido en esfuerzos individuales. La propuesta larcamonista al ataque es de trazos verticales y llegando por los costados, y aunque el gol leonés vuelve a ser -al igual que las anotaciones ante Necaxa- una probada de lo que quiere el técnico, no hubo más en el resto del partido. Este León, por ahora, no tiene dientes.
5.- Aunque da la impresión de que su entrada fue tardía, los elementos leoneses de banca dan cierta esperanza de que las cosas mejorarán. Lucas Romero, Joel Campbell, Brian Rubio, Jesús Ángulo y Alfonso Alvarado ingresaron al campo cuando el marcador de 3-1 ya pesaba como una losa, y a muy poco se aspiraba tras su inclusión. Sin embargo, la calidad de estos jugadores ha sido probada, y con más tiempo en la cancha, estos podrían ser de aporte a la propuesta ofensiva de La Fiera.
Twitter @luismideportes