Por Luis Miguel Guerrero
1.- La Fiera no levanta, y se resigna a ver cómo va dejando puntos en el camino conforme pasan las jornadas. En el Corregidora, ante un modesto pero combativo rival, vimos a un cuadro verdiblanco que muestra una leve mejoría respecto a encuentros anteriores, pero que dista mucho de tener un funcionamiento óptimo. León intenta volver a ser ese equipo que presiona la salida del rival y que toma control territorial en la mitad del campo, pero el esfuerzo solo le alcanza para un corto periodo de tiempo. Como ya se ha señalado,el verdadero problema sigue siendo adelante, en donde no se generan llegadas que preocupen al rival, y en donde la carencia de gol comienza a alcanzar niveles alarmantes de preocupación. Larcamón, con signos de desesperación y un rostro adusto, le mueve a sus piezas, pero no logra encontrar al once que de nuevo lleve su idea futbolística al terreno de juego; esa idea que parece haberse quedado en el estadio de Los Ángeles, ya hace algunos meses. Así pues, el León busca angustiado recobrar la memoria, en una carrera contra el tiempo que tiene como meta el 15 de diciembre, cuando se enfrente al Urawa japonés en el Mundial de Clubes.
2.- Aprovechando las facilidades defensivas de los Verdes, el Querétaro hizo lo suficiente para rescatar el empate, en un partido en el que mayormente fue dominado. Mauro Gerk realizó su tarea, y planteó el encuentro para complicarle el tránsito de la pelota a la visita, comenzando con Escamilla y Lértora en el medio campo, y complementando con la buena marcación de Gularte y Barbieri en la central. En los costados, Mendoza salió bien librado ante los embates del joven Uribe y Elías Hernández por izquierda, mientras que Jaime Gómez, aunque fue superado varias veces por Mena, contó con la fortuna de los deficientes servicios al área del ecuatoriano. Adelante, el colombiano Zúñiga fue lo mejor de los Gallos, preocupando a la zaga leonesa en los contragolpes y viendo coronado su esfuerzo con el gol del empate.
3.- Pasan las jornadas, y el equipo esmeralda continúa careciendo de fortaleza a la hora de atacar. Federico Viñas muestra combatividad, peleando en solitario contra los defensores rivales y llevándose una buena cantidad de patadas, pero no encuentra el gol. Por los costados, Elías Hernández y Ángel Mena llegan con cierta facilidad a los límites del área, pero son incapaces de servir con atingencia. Se agradece la inclusión del joven Yael Uribe en el once inicial, pero la realidad es que muy poco se puede esperar de un joven en momentos de crisis como los que actualmente vive el club leonés. Entre malestares físicos y falta de acoplamiento, Nicolás López sigue quedando a deber. Entrando como relevo, “El Diente” muestra buenas hechuras en lo individual, corre e intenta ser participativo, pero no termina por pesar. De tal forma, una delantera con nombres destacados, pero que no tiene gol, de muy poco sirve.
4.- Si bien el cuadro bajo esmeralda tuvo un buen comportamiento en lo general -sobre todo en la primera parte-, un grave descuido permitió la anotación queretana. Larcamón volvió a la línea de cinco, con Frías, Bellón y Rodriguez en el fondo, complementados por Elías y Ramirez en los costados. Y aunque por momentos mostró solidez, la zaga leonesa batalló en el segundo tiempo para contener los contragolpes queretanos, encabezados por “La Pantera” Zúñiga. La media cancha cumplió a secas, tomando posesión territorial con Ambriz y Romero, e intentando construir jugadas al frente, en conexión principalmente con Mena. Llegando de atrás en varias ocasiones, Fidel mostró una variable interesante, que finalmente rindió frutos en su gol. Una de las pocas buenas noticias fue el regreso de Iván Moreno, al que se le ha extrañado como lateral, y quien en esta ocasión ingresó para sustituir a Elías, por izquierda.
5.- Permitiendo el juego ríspido, lejos de la jugada y mostrándose tacaño con las tarjetas, el arbitraje del joven Guillermo Pacheco distó de ser bueno. El silbante enseñó poco criterio al tardar en reanudar el encuentro luego del apagón, y otorgó una cantidad exagerada de tiempo agregado, tratando de compensar los minutos perdidos por la falla eléctrica. Fue precisamente en este lapso, en el que claramente ninguno de los dos equipos quería saber más del partido, cuándo se dieron varias jugadas violentas que comprometieron la integridad de algunos jugadores.
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