La costumbre de llamar “Benjamín” a los equipos debutantes o recién ascendidos a Primera División tiene sus orígenes en la Biblia.
Según se relata en ese libro, se le llamó Benjamín al último de los trece descendientes de Jacob (doce hombres y una mujer), quienes con el paso del tiempo conformaron las Doce Tribus de Israel.
Originalmente llamado por su madre Raquel, Ben-Oni (“hijo de mi dolor”), el patriarca Jacob decidió renombrarlo Benjamín (“hijo de la diestra”) debido a que se convirtió en su favorito.
Muchos siglos después, y basado en lo anterior, en las familias europeas se empezó a utilizar este nombre como apelativo para referirse al más joven de una familia, grupo, o reunión.
En el siglo XX, el término se usó en los relatos de fútbol para denominar a la escuadra que recién debutaba en una liga, costumbre que prevalece hasta nuestros días.
En México, el primer “Benjamín” por ascenso fue el Zacatepec, que apareció en la Primera División tras quedar campeón de la recién creada Segunda División en la temporada 50-51. El “Benjamín” más reciente en nuestro país es el conjunto de Atlético San Luis, campeón de ascenso en el Clausura 2019.
En los últimos años, y borrando un poco la imagen de debilidad padecida durante décadas, algunos “Benjamines” de la Liga MX se han consolidado como equipos competitivos, siendo claros ejemplos Tijuana y León, los cuales se convirtieron en campeones de la Máxima Categoría al poco tiempo de haber ascendido.