1.- El exceso de confianza es el peor enemigo de los buenos equipos, y en el León -empezando por su entrenador- no tuvieron esto claro. La escuadra esmeralda aflojó y dejó crecer al rival cuando el juego aún no estaba definido. Además -y hablando de confianza desmedida- Nacho Ambriz comete varios errores: sigue sintiéndose la Comisión Disciplinaria y deja fuera del encuentro -“por hacerse expulsar”- a un hombre importante en su esquema, como Yairo Moreno. Nacho debería considerar seriamente olvidarse de esa costumbre de castigar jugadores. Además, decide dejar en la banca a Joel Campbell, cuyas características se prestaban para las condiciones del partido. Por si fuera poco, hace entrar al tico ya muy tarde en el encuentro, haciéndolo ver errático y desencanchado. Pero el error más grave del estratega se da con la salida de Luis Montes, para ordenar la entrada del colombiano Cardona. Montes jugando mal, es mil veces mejor que el joven extranjero, con el que no sucede nada. Errores costosos de Ambriz, que contribuyeron a la eliminación leonesa.
2.- La alabada contundencia verdiblanca se esfumó en esta serie. León pudo haber definido desde el partido de ida pero -otra vez, el exceso de confianza- dejó vivir al rival en más de una ocasión. El ejemplo más claro de lo anterior fue la jugada de Ismael Sosa entrando solo en el área moreliana. Cierto, fue marcado como fuera de lugar -que no lo era- pero Sosa no lo sabía y perdonó, como se perdonaron varias más.
3.- Héroe esmeralda desde hace varias temporadas, Fernando Navarro se vistió de villano en la vuelta ante Monarcas. “Navarrito” falla en la marca en el remate de Sansores para el primer gol michoacano; y aparentemente -solo él lo sabe- finge una falta para permitir el inicio de la jugada del segundo gol de Monarcas. Esta vez le tocó la de malas al polifuncional jugador.
4.- Dentro de todo lo malo para los Verdes, hubo jugadores que se mantuvieron en un buen nivel: Rodolfo Cota, en plan grande bajo los tres palos; Ramiro González cumpliendo en su regreso a la central; y Jean Meneses, batiéndose como los bravos en la media. A pesar de la eliminación, estos elementos merecen aplausos.
5.- La decisión del árbitro Ortiz para anular el segundo gol leonés parece rigorista, ya que señala un supuesto empujón de Mena sobre Velarde antes de que el primero rematara. Desgraciadamente para el León, su propia inoperancia en la recta final del partido hace que esta jugada tome importancia, y se convierta en un intento de justificación por su eliminación.
Twitter @luismiguelgp