Por Luis Miguel Guerrero
1.- La Fiera sumó un nuevo fracaso en su intento por internacionalizarse. Y al igual que en el 2020 y en el 2021, el León murió de nada en el torneo regional de la Concacaf. Con un director técnico carente de ideas, y con varios jugadores en un nivel bajísimo, la escuadra verdiblanca fue superada en la serie por el sólido Seattle Sounders, viendo nuevamente sepultados sus sueños de trascender más allá de nuestras fronteras. Los Verdes nunca descrifraron al incómodo rival. Fueron superados ampliamente en la ida, y en la vuelta mostraron más de lo mismo. Sin variantes y sin espíritu, el León ofreció un desafinado concierto de centros improductivos al área. Una y otra vez, la limitada ofensiva esmeralda le facilitó las cosas a los visitantes con este recurso, terminando por ahogarse en su propia inoperancia.
2.- Lo único rescatable del empate ante la escuadra estadounidense fue la presencia en la cancha de los jóvenes Fidel Ambriz, Oscar Villa y Juan Pablo Rangel. Partido a partido, Ambriz nos sigue soprendiendo con su madurez y solvencia, y su gol al final del partido fue el justo premio a su excelsa labor. Por otro lado, sin achicarse, y apareciendo constantemente en el medio campo leonés, el sinaloense Rangel mostró madera, aunque -eso sí- estuvo lejos de ser la solución a los problemas creativos del León. En la lateral, Villa cumplió, aunque tuvo una noche realtivamente tranquila ante las escasas llegadas del Sounders. La presencia de estos tres, hace guardar esperanzas de que en el corto plazo, la institución veriblanca contará con jugadores de calidad.
3.- No cambia el León al ataque, y por el contrario, cada partido luce peor. Sin un centro delantero fijo, las “ollazos” al área de Seattle de muy poco sirvieron, y fueron regalos para una zaga de cinco elementos echada totalmente atrás. Víctor Dávila continúa perdido desde que Holan decidió retrasarlo para hacer labores de volanteo. Jean Meneses, aislado y con pocos desbordes, muy poco se notó. Preocupante es el bajo nivel de Ángel Mena y Elías Hernández, quienes pasaron desapercibidos y fueron de escaso aporte en la ofensiva esmeralda. Los ingresos de Ormeño y Martínez de muy poco sirvieron, y no le cambiaron el rostro a la limitada ofensiva verdiblanca.
4.- Resulta increíble que una defensiva que tuvo nulo trabajo durante casi todo el cotejo, haya concedido un penalti en tiempo de reposición, al final de la primera mitad. El descuido que permitió la incursión de Joao Paulo en el área leonesa, y la falta cometida por Tesillo en al área, no son sino reflejo de la desesperación y el mal momento que vive la escuadra esmeralda. La anotación de Freddy Montero fue el colofón de una serie mal planteada por Ariel Holan, y pesimamente jugada por varios de sus elementos.
5.- Habrá que reconocer la labor del técnico Brian Schmetzer, quien a diferencia de su contraparte leonesa, mostró mucho oficio. Schmetzer estudió a la escuadra esmeralda, y jugó con el “librito”. En el partido de vuelta, y consciente de la amplia ventaja en el global, el técnico visitante colocó una línea de cinco atrás, cumpliendo Tolo, Ragen y Arreaga con una buena labor, conteniendo a la perfección los tibios embates esmeraldas. Cuando tuvo la oportunidad, Seattle capitalizó su única incursión importante al frente, gracias a la habilidad de Joao Paolo. El gol de Montero conseguido por la vía penal, fue el último clavo en el ataud leonés. Cierto, el León dejó de hacer muchas cosas, pero es justo reconocer el orden mostrado por Seattle en los dos partidos.
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