Por Luis Miguel Guerrero
1.- Acostumbrémonos al León de Larcamón. La nueva versión leonesa es un equipo que deja de lado el fútbol ”bonito”, y se enfoca a conseguir el resultado a como dé lugar. La exhibición del conjunto verde en Mazatlán distó de ser la mejor del torneo, y aunque le costó trabajo conseguir el marcador favorable ante un rival desesperado, la constante lucha y la entrega de sus jugadores no pueden ser cuestionadas. Una cosa hay que resaltar: a pesar de la notorias ausencias (Dávila, Mena, Campbell y Moreno) este equipo intenta seguir jugando igual. Guste o no, los números son contundentes: La Fiera suma diez partidos (liga y Concachampions) sin conocer la derrota, en los que acumula ocho triunfos y dos empates, anotando 18 goles y recibiendo solo tres. La escuadra esmeralda es segunda de la tabla, y luce cada vez más sólida. Algo inimaginable hace algunos meses, cuando cierto “vende espejos” portugués estaba al frente del equipo.
2.- Mazatlán es un equipo limitado y desesperanzado, al que nada le resulta. Ante León, y tratando de llenar los huecos dejados por las ausencias (Benedetti, Intriago, Bello y Loba), el técnico Ruben Omar Romano jugó con una línea de tres en el fondo, comandada por Nestor Vidrio, y con Almada y Alanís tratando juntos de contener los ataques verdiblancos. El acierto de Romano estuvo en el sector derecho, bien explotado por Bryan Colula (anotador del gol del empate parcial) y el paraguayo David Colman, cuyas constantes incursiones le complicaron la noche al joven Oscar Villa, y limitaron los esfuerzos de Elias Hernández al frente. Sin embargo, fue todo lo que ofreció la escuadra local. Sansores y el jovencito Moreno pasaron desapercibidos al frente, y el ingreso de Marco Fabián en la segunda mitad de muy poco sirvió. Con un nivel de Liga de Expansión, Los “Cañoneros” están muertos en vida, y solo las bondades de la competencia impiden que su permanencia en el Máximo Circuito esté comprometida.
3.- En este encuentro, Iván Moreno y Brian Rubio confirmaron su calidad de verdaderos refuerzos. Del primero, ya hemos mencionado con anterioridad la importancia que ha adquirido en el esquema de Larcamón, dando seguridad en el costado derecho y sumándose con atingencia al ataque. Por otra parte, las características físicas del segundo, y su facilidad de remate lo convierten en una variante ideal en el ataque leonés, haciendo recordar a delanteros como Miguel Sabah y Otoniel Arce, que merecieron más oportunidades con la camiseta esmeralda. En los botines de ambos se origina el gol del triunfo, en una jugada generada en el área por Moreno, y bien concluida por Rubio con un excelente remate.
4.- Larcamón jugará con línea de cinco fuera del estadio León. Sin embargo, en el “Kraken” sorprendió la decisión del técnico esmeralda de integrar como tercer central a Osvaldo Rodríguez, dejando en la banca a Paul Bellón. Esto trajo cierta descoordinación a la zaga, que en lapsos del segundo tiempo pasó ciertas apuraciones ante los envalentonados mazatlecos, que notando esos problemas, se lanzaron al frente con más corazón que buen futbol. Adonis Frías sigue siendo el hombre fuerte en ese sector del campo, y generalmente compone las pifias de sus compañeros zagueros. No obstante, es evidente que el equipo leonés, acostumbrado durante años a trabajar con cuatro elementos al fondo, requiere de más trabajo en esta propuesta defensiva.
5.- Lucas Di Yorio luce presionado, y se ha peleado con el gol. Aunque el argentino cumple con funciones secundarias, tales como jalar marca y conducir el balón a velocidad en los contragolpes, su sequía goleadora comienza a minar su desempeño general. Esto hace que por momentos realice jugadas burdas, que empiezan a mermar su confianza. Por si fuera poco, Brian Rubio, quien es su relevo, anotó el gol de la victoria, y en cualquier momento podría enviarlo a la banca. Di Yorio requiere serenarse, concientizarse de que es un buen delantero, y saber que aún tiene tiempo para al menos igualar la cuota de siete goles, conseguida en el torneo anterior.
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