¿LA PELEA DEL AÑO? El combate Canelo-Chávez Junior, anunciado en días recientes, pinta para ser como una de esas películas que se anuncian con bombo y platillo, pero que a la hora de estar en cartelera resultan ser una verdadera decepción. Se trata de una batalla desigual, en la que claramente Álvarez es el favorito, sobre un Julio César (50-2-1, 32 KOs) que, aunque mostró mejoría en su reciente retorno, no está al nivel del tapatío.
¿Servirá este combate para mejorar la reputación del “Canelo”? Definitivamente no. Saúl Álvarez (48-1-34 KOs) ya no tiene “para donde hacerse”, y a menos que pelee con Gennady Golovkin -sin lugar a dudas el mejor libra por libra en su categoría- ya no se ganará el respeto de nadie.
Y aunque todo indica que la batalla entre los dos mexicanos será un éxito en el Pago por Evento, y que todos los aficionados estaremos al pendiente de ella -más por morbo que por otra cosa-, en definitiva no podemos esperar una buena contienda.
Ya lo he dicho en otras ocasiones: es lo que hay; y el boxeo sigue sobreviviendo en parte gracias a estas argucias publicitarias.DESPOJADOS – Tema polémico es el despojo de la medalla olímpica de oro a Usain Bolt y al resto del equipo jamaiquino 4×100 de Beijing 2008, debido al control positivo de Nesta Carter, uno de sus integrantes. Por esa razón, Bolt ha perdido una de sus 9 medallas de oro olímpicas. Surge la pregunta ¿Es justo que el resto de los integrantes pierdan la presea? En otros deportes de conjunto, como el futbol americano y el béisbol, el dopaje comprobado de uno de los miembros del equipo se castiga de manera individual y no en lo colectivo. Cierto es que las reglas se conocen desde antes, y que los competidores saben del riesgo de consumir sustancias prohibidas, pero aún así, no deja de parecer rigorista el “que paguen justos por pecadores”.
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