Por Luis Miguel Guerrero
1.- Así como hay juegos heroicos que no se olvidan -como esos ante Pumas y América, en esta temporada-, hay papelones -como el del sábado ante La Pandilla- que tampoco serán fáciles de borrar de la memoria colectiva verdiblanca. León sufrió una humillante goleada en tierras regias, y Renato Paiva recibió un duro golpe de realidad: ni su equipo ni su sistema están, por ahora, para competirle a cuadros contendientes al título. Bien lo afirmó el portugués en días pasados: “Ni cuando ganas está todo bien ni cuando pierdes está todo mal”, pero está claro que la derrota ante los Regios deja mucho para el autoanálisis. El sistema de Paiva exhibió sus defectos defensivos ante una ofensiva que -gracias a Vucetich- hizo la tarea y estudió al rival. Las avenidas dejadas por los laterales esmeraldas y los balones perdidos en media cancha, fueron el caldo de cultivo perfecto para que el ataque rayado -y en especial Arturo González- explotara y se luciera ante su afición. Aunado a lo anterior, la falta de contundencia de la delantera leonesa, la desesperación de varios jugadores verdiblancos, y la buena actuación del arquero Cárdenas, se combinaron para que esta vez, a diferencia del juego ante Pumas, no hubiera reacción. La dolorosa vapuleada ante Rayados deberá servir como un punto de inflexión para que Paiva y sus jugadores corrijan lo que deben corregir. Al luso se le agradece su vocación ofensiva, “es este estilo ofensivo que ha permitido triunfos como el partido pasado; es nuestra idea de juego”, dijo después de la derrota en Monterrey. Pero Paiva debería saber que en el futbol moderno no puede haber absolutos: si “se monta en su macho” y se empecina en no ajustar y seguir con “su estilo”, tal vez existan más remontadas, pero esta no será la última goleada en contra que veamos en el torneo.
2.- Llama la atención el descontrol defensivo de los Verdes desde que inició el encuentro en el BBVA. La ofensiva regia, de la mano de González y Berterame, se encargó de generar constantes jugadas de peligro sobre la meta leonesa, aprovechando las deficiencias de los laterales, y la desubicación de los centrales Barreiro y Bellón. Rodríguez y Castillo se suman bien al frente -Byron anota un gran gol-, pero batallan al momento de regresar a defender, y la zaga leonesa, mal apoyada por el contención, hizo el ridículo ante las constantes descolgadas de los locales. Peor aún, resulta inexplicable que Paiva no haya hecho ningún ajuste en la primera mitad, cuando Monterrey “les apedreaba el rancho”, y el marcador ya estaba 3-0. El penal regalado por Osvaldo en el segundo tiempo, y los dos tantos que cerraron la goleada, fueron sinónimo no solo del desánimo en el equipo tras el desastroso primer tiempo, sino también de las tardías correcciones ordenadas por el entrenador.
3.- Unas de cal y otras de arena. La contundencia en el León va y viene, y cuando se tiene una delantera tan irregular, los resultados van a variar en cada jornada. Lucas Di Yorio sigue enemistado con el gol, y aunque busca y batalla adelante, pareciera que la desesperación se empieza a apoderar del argentino. Victor Dávila -que generó al menos dos llegadas importantes sobre la cabaña regia- también luce descontrolado, y no termina de acoplarse a su nueva función en el campo, ya no como único eje de ataque. Ángel Mena es otro claro ejemplo de irregularidad, y en Monterrey pasó desapercibido. Los ingresos de Moreno, Alvarado y Hernández -justo en el minuto 80- fueron tardíos y muy poco pudieron hacer. El ataque leonés necesita variantes, saber adaptarse al rival en turno, y a las circunstancias de cada partido. Si se sigue jugando con el manual en la mano, haciendo solo lo mismo, las fallas frente al marco rival y el lucimiento de los arqueros contrarios seguirán siendo parte de la realidad verdiblanca.
4.- Joel Campbell y Rodolfo Cota continúan siendo de lo más rescatable de la escuadra esmeralda en el certamen. El tico parece adaptado al sistema de Paiva, y está convirtiéndose en un volante importante, que no solo intenta generar al frente, sino que también sabe sacrificarse al momento de recuperar y cubrir el balón. Cota sigue dando esa dosis de experiencia bajo los tres palos, y con sus oportunas intervenciones constantemente ayuda a corregir las pifias de la irregular zaga leonesa. En Monterrey no hubo sexto gol porque Rodolfo ataja un penal, y tuvo un par de buenas atajadas. Ambos elementos merecen las palmas del aficionado leonés, porque aún en medio del caos, constantemente sacan la casta por el resto del equipo.
5.- Pasan los años, y aunque algunos afirman que su momento ya pasó, Víctor Manuel Vucetich sigue demostrando que es un gran director técnico. Cual viejo lobo de mar, “Vuce” le ganó la totalmente la partida al novato Paiva. El estudio del rival y el saber explotar sus deficiencias, son características que el “Rey Midas” manifestó en el juego ante León. Las descolgadas a velocidad, tomando mal parada a la defensiva leonesa una y otra vez, no son sino el reflejo del trabajo que durante la semana realizó el técnico rayado pensando en su rival. El orden defensivo que muestran elementos como Moreno, Vegas y Medina, bastó para maniatar durante toda la primera parte a desorganizado ataque leonés. Cierto, Monterrey tiene una gran plantilla, pero esta de poco serviría si no tuviera un técnico de la categoría de Vucetich. Ojalá que Renato Paiva y su “ADN ofensivo” pudieran aprenderle un poco a Víctor Manuel.
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