Por Luis Miguel Guerrero
1.- Una final no puede ser jugada de otra manera, y tanto León como Atlas respondieron a las expectativas. Los dos conjuntos nos brindaron una ida intensa, que si bien no fue espectacular, sí fue bien jugada. La disciplina táctica de los tapatíos, y la vocación ofensiva de los Verdes para venir de atrás en el marcador dos veces, fueron la combinación justa para brindar un espectáculo que no defraudó -para pesar de los detractores de esta final-. Y aunque la escuadra rojinegra “despertó” anotando en este encuentro la misma cantidad de goles que había conseguido en toda la liguilla, la reacción esmeralda también es digna de reconocer, ya que pudo hacer lo que ni Monterrey ni Pumas pudieron: anotarle más de dos goles a la ordenada zaga jalisciense.
2.- Apegado al “librito” y mostrando el orden de todo el torneo, Atlas le complicó el arranque de partido a La Fiera, copando el medio campo, y presionando al rival en cuanto este cruzaba la linea divisoria. Nervo, Santamaría y Angulo han conformado una zaga capaz de neutralizar a las mejores delanteras -pregúntenle al Monterrey-, mientras que Aldo Rocha -convertido en líder de los Zorros- comanda un medio campo bien complementado por los jovencitos Torres y Márquez. Ese orden táctico implementado por Diego Cocca, hizó que los del Paradero le dificultaran el trámite del partido a los locales, y que les permitiera dos veces irse arriba en el marcador. Adelante, Julio Furch y Julián Quiñones pueden no aparecer en muchos lapsos del cotejo, pero demostraron -en especial Furch con su golazo para el 1-2- que son un par de atacantes de respeto. Este el Atlas de la final, y seguramente cambiará poco en el juego de vuelta.
3.- Ariel Holan supo sacar provecho de la desventura, y al hacer ingresar a Ramiro González por el lesionado Andrés Mosquera, hizo que su equipo tomara seguridad en su cuadro bajo. Ramiro brindo un gran partido, y colaboró para neutralizar a Furch. De paso, el técnico argentino acertó al no experimentar, optando por reacomodar a Tesillo en la lateral. El ingreso del “Chapo” Montes fue también determinante en el resultado final. Aún sin estar en su mejor nivel, a diferencia de lo poco que mostró en la serie contra Tigres, el juarense sacó a relucir toda su experiencia al darle pausa y tranquilidad al medio campo para orquestar el ataque, justo en el momento que más se requería, con el marcador en contra. Holan intentó hacer algo más con Gigliotti, pero las circunstancias del partido no fueron las propicias para que el “Puma” destacara.
4.- Ángel Mena sigue enchufado haciendo goles al por mayor, y mientras el ecuatoriano se haga presente ante el marco rival, la ausencia de un delantero fijo en el ataque leonés pasa a segundo plano. Si bien es cierto que el “Ángel del Gol” tuvo pocas oportunidades para desbordar por derecha ante los rojinegros, su oportunismo en la segunda anotación leonesa, y su tranquilidad en el cobro del penalti para el triunfo, fueron determinantes. Un buen desempeño de Mena el próximo domingo en la cancha del “Jalisco”, acercará en buena medida a los Verdes al noveno título.
5.- Luis Enrique Santander, cargando con la presión de la opinión pública por las recientes pifias arbitrales en la liguilla, tuvo un desempeño aceptable. Criticado por los “opinólogos” de la prensa nacional que en redes sociales manifiestan su apoyo descarado al Atlas, Santander marcó correctamente el jalón de Aldo Rocha sobre Dávila en el área. Al también llamado “Tribilín” no se le puede achacar el supuesto “mal saque” que originó la primera anotación atlista, ya que este señalamiento le correspondía al abanderado Jorge Antonio Sánchez. En tiempos de crisis arbitral, una actuación más o menos buena en una final, ya es ganancia.
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